Primavera

Hace un año, el día que empezaba la primavera, iba yo a estas horas en un autobús camino de Burgos, con mi mochila recién pesada y más que repensada, para hacer el Camino de Santiago.

No sabía si aguantaría andando, si tardaría dos o cuatro semanas, o si tendría que coger ese mismo autobús de vuelta en unos días. He cogido el diario, he leído lo que escribí ese 21 de Marzo de 2011 por la noche en el albergue: "Esto es como un culto y sólo los feligreses conocen los "rituales", los miro como el que asiste a un teatro desde las butacas. Los peregrinos son desconocidos y extraños, permanezco quieta, intentando que no se note que soy una intrusa"; así me imaginaba antes de empezar (pinchar)

Pensé retomar el camino en Semana Santa de este año, aunque se me ha torcido el plan con el esguince. Es raro lo que pasa en un año, en este, ya llevo dos esguinces, un lumbago, una gripe, 500km, una mudanza, dejar Bellas Artes, empezar Cerámica, dejar de vivir sola, la extraña sensación de no trabajar después de siete años sin parar...