
No se, me gustan porque son frescas, no llevan detrás tanta movida burocrática, ni catering, ni poster moderno, y habiendo gente para que hacen falta camareros.
Al final están los abuelos del banco que miran la obra por la mañana, en el mismo banco pero para el lado contrario, mirando las coreografías de las niñas que esta tarde estaban ensayando en el parque. Y mujeres que bajan en zapatillas a comprar por la mañana, esta vez con zapatos pero con las mismas bolsas llenas de patatas fritas y fantas.
Barrio.
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