Es difícil mantenerse en la cuerda floja y seguir sonriendo, pero con la costumbre, los movimientos se vuelven más elegantes y le coges el gusto a la inestabilidad, me voy haciendo a la idea porque empiezo a intuir que esto se convierte en un modo de vivir. La vida se podrá acomodar, pero siempre contaré con la inestabilidad como posibilidad (y excusa).
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