4 nov 2013

Haciendo fotos, soy como el asesino que prepara meticulosamente la escena del crimen: la coartada, las posibles reacciones de los implicados, el ángulo por el que se filtrará la luz y deslumbrará al jefe de seguridad, la escapada, el coche en marcha en la puerta. La pistola temblando dentro del bolsillo de la gabardina, pero si no está todo perfecto, se quedará en mi mano hasta la próxima oportunidad, en la que esté segura de que todo saldrá bien. Entonces sí, una luz me lo dice, una expresión o dos diagonales que se cruzan, sonrisa en la cara, sé que es el momento justo de DISPARAR.

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