"...Ahora sabemos que el talento se hace, no se nace con él. Este es uno de los descubrimientos de la neurociencia más democráticos y alentadores. Todos podemos desarrollar cierto talento, con disciplina y dedicación entregada. Sabemos que el talento es el efecto de la práctica y del aprendizaje deliberados durante 10.000 horas. Es la suma de la aptitud (lo que se sabe) más la actitud (querer saber más y mejorar).
El talento florece con un condicionante: la vocación. La pasión por lo que se hace, el amor por la profesión, servir más y mejor a la sociedad. Si una persona desempeña un trabajo porque no tiene otra cosa o por ganar dinero nada más, no le puede ir bien.Después de leer el libro de Malcolm Gladwell 'Fuera de serie', uno entiende cuál es la diferencia entre quienes hacen algo especial en la vida y quienes no. El autor explora las historias de grandes deportistas, de los Beatles, Mozart… y se pregunta qué distingue a unos de otros. En su estudio concluye que nuestro modo tradicional de pensar en el talento es erróneo..."
Es alentador pensar que todos podemos desarrollar cierto talento si trabajamos en ello. No hay que ser virtuoso de nacimiento, perfecto, eso sí, hay que trabajar duro, vaya por dios.
ResponderEliminartrabajaremos duro Laura!!!, cuando le dedicas tiempo a lo que te gusta, la dureza se convierte en fluir, en lo que más quieres hacer ¿no? o ¿cuentas tú las horas que te pones a tocar el violonchelo, seguro que cuentas las que no te puedes poner?
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