1 jun 2012

De ratones y hombres, John Steinbeck


El poeta escocés Robert Burns escribió en noviembre de 1785 el poema titulado: A un ratón al deshacerle el nido con un arado en el que un campesino se dirige desolado al pequeño roedor al que acaba de destruir el hogar. Las dos últimas estrofas dicen así:

Uno más eres de los desdichados
que ven todos sus planes anulados:
de ratones y hombres quedan truncados,
los proyectos mejores,
¡y en vez de los éxitos anhelados,
nos quedan sinsabores!

Mas ¡bien estás comparado conmigo!
Es el presente tu único enemigo:
pero ¡ay! ¡yo miro hacia atrás y veo, amigo,
un sombrío camino!
Y, si miro adelante a oscuras sigo,
porque miedo me da cuanto adivino.

De ratones y hombres es una historia estremecedora con un final terrible. Una historia sobre hombres y mujeres que se mueven en el vacilante límite entre la dignidad del ser humano y la animalización. Entre la razón y el instinto. Entre los que luchan para salir adelante y los que se dejan arrastrar por cansancio, incapacidad o agotamiento. Entre los que sueñan y los que, simplemente, duermen. Es una lucha extenuante que se produce a nuestro alrededor a cada paso. Tal vez por eso, muchas veces, pasa desapercibida o simplemente evitamos fijarnos en ella. Pero si lo haces, si te paras y miras verás que la lucha está interiormente iluminada por la grandeza de corazón y la grandeza de espíritu, por la dignidad, por el coraje, por la compasión y por el amor… Duele, pero ilumina.



Miguel del Arco

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