5 nov 2010

Pequeños desastres cotidianos

Ir a comprar después de dos semanas porque ya no te queda pan bimbo, ni café, ni huevos, ni yogures, ni nada muy comestible, a no ser que te arrees el turrón del año pasado y de repente se te para el coche. En medio de ningún sitio, porque sí.
Pero hay alguien que entiende de esto y te dice "¿cuantos años tiene el coche? ah pues es la bateria, hay que cambiarla, ya le tocaba, yo te lo hago, no te preocupes" y ves que no tiene pereza y todo lo ve fácil. Y entonces vuelves a casa a las 22.30 y sigues sin tener nada para cenar, pero te da un poco igual acostarte con un vaso de leche.

En la vida pasa igual, los años cuentan y las baterias piden ser cambiadas y sin avisar se paran los coches.Pero también en la vida hay quien te dice: "no te preocupes, yo te ayudo", y es una suerte que puedas seguir cada día contento al acostarte, con un vaso de leche en el estomago.

1 comentario:

  1. Me ha encantado la publicación cuñada, ya sabes que a mi no me cuesta nada y es un problema menos en la vida, que de por sí hay ya muchos. Un abrazo ;)

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