Un blog se escribe desde donde se vive, a veces un quinto sin ascensor, la cola del paro, las musarañas o los desengaños. En la felicidad se escribe menos, pero se vive más, tampoco es siempre así, ni todo lo contrario. Tampoco siempre se escribe desde la distancia adecuada.
1 sept 2010
Piel del oso
En el mercado, la lechera está triste Y para vender la caza hay que atinar primero
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