9 jun 2010

oye, ¡¡que los zapatos de mi amiga se han enamorado de los tuyos!!!

Destellos de algo que quisieramos ser, de algo que quisieramos tener, nos llegan desde el otro lado de la barra, del patio de butacas, de la pantalla de tv.

Luego está la gente que concreta esos anhelos, que los materializa bajo la duda de si será solo una apariencia, ¿y si abren la boca y tienen la voz como en algunas películas dobladas, en las que un chillido inoportuno te hace que una actriz ya no vuelva a ser atractiva nunca más?.

Pero mientras la mudita se mantiene así en su podium, y nos deja imaginarnos su vida desde este lado, llena nuestra cabeza de imágenes, escenas que en un futuro (gracias a mi tendencia mental a enredarlo todo) en el que no sabré si fue cierto, una laguna de una borrachera o solo un sueño más.

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